domingo, 12 de julio de 2009

¿Qué pasa con Sergio Ramos?

El sevillano fue el único fichaje español en la primera época de Florentino al mando del Madrid. Llegó del Sevilla cuando el mercado finalizaba, incluso ya había comenzado la temporada. Se presentaron los 27 millones de su claúsula y, con tan solo 19 años, pasó a formar parte del proyecto. Era muy ilusionante la progresión que llevaba en el club hispalense, hasta incluso haber debutado con el primer equipo a los 17 años de edad. De hecho, en su segunda temporada, ya como titular, marcó un tremendo gol de falta directa al Real Madrid. En la capital se esperaba muchísimo de él, una sólida base para apuntalar una nueva época. Para darle ese toque de españolización que necesitaba el equipo.

Tuvo un primer año fantástico, siempre contundente, fuerte, sobrio y regular. Se hizo con la titularidad en el Real Madrid relegando a Michel Salgado al banquillo, al igual que pasó en la selección española. A partir de este momento siento como que se ha acomodado en su puesto. Ni Diogo, ni Cicinho, ni nadie que ha llegado para ese puesto ha podido quitarle su importancia en el equipo y es más, si las circustancias lo requieren puede jugar en el centro de la defensa (y si os acordáis, ¡hasta de medio centro!). Ahora parece que quieren traer de vuelta a Arbeloa, pero eso es otro tema. Su gran versatilidad y potencia hacen de el un jugador muy útil. Por arriba, es uno de los mayores peligros del club blanco. El problema ha venido en estas últimas dos temporadas mas o menos, incluso tres. Sergio ya no progresa, parece que su excelente proyección ya no va a más. Ahora abusa de excesivos recursos técnicos antes de soltar el balón, se le nota como un tanto sobrado en el campo. Da una sensación de todo lo tiene que hacer vistoso. El resultado de ello son muchos errores en defensa, despistes que no debería de tener, y muchas menos ocasiones de ataque como las que nos tenía acostumbrados. Sin irme muy atrás podemos recordar los goles de Henry y Messi en el Bernabéu o frente a EEUU en la Copa Confederaciones. Son errores puntuales que me dan argumentos para decir que Sergio se ha estancado. Se le consideraba, y aún se le sigue haciendo, como uno de los mejores laterales derechos en el mundo. Pero ya no está al nivel de Maicon, o del que fuera su compañero en el Sevilla, Dani Alves. Sergio ya está un pasito por atrás, y en el Real Madrid queremos que vuelva a ser el mismo. Dicho todo esto, nos apoyamos en su juventud y confiamos en que esta temporada, rodeado de grandísimos jugadores, pueda volver a desplegar su mejor versión.